Volcán Mauna Loa

El Mauna Loa es el volcán más grande del planeta, sube más de 4 kilómetros sobre el nivel del mar, aunque  los 4 kilometros que se ven en la parte superior no es ni siquiera la mitad del tamaño del volcán. En el fondo del mar posee un adicional de 5 kilómetros, y desde el fondo del mar presiona un adicional de 8 kilometros, lo que hace que la suma sea de una altura total de 17 kilómetros o 56.000 pies desde su base. La mitad de la isla de Hawái se compone por el volcán, y su gran tamaño hace que sea alrededor del 85% de cada isla hawaiana combinada.

Actividad. El volcán Mauna Loa no sólo tiene gran tamaño, sino que también es uno de los volcanes más activos del mundo. Desde la primera erupción documentada en el año 1843, ha habido un período adicional de 32 erupciones. La última erupción tuvo lugar en 1984, pero los científicos creen que los signos actuales apuntan al hecho de que va a estallar de nuevo. El volcán está siendo monitoreado actualmente en todo momento, para notar cualquier inquietud que pueda mostrar. Los científicos también creen que el volcán Mauna Loa ha permanecido en erupción durante 700.000 años. El magma visto en el volcán Mauna Loa viene directamente del punto caliente de Hawái.

Comparándolo con Kilauea. Cuando estás en Hawái observarás varios volcanes, y es imposible no compararlos. El volcán Mauna Loa está bastante cerca del volcán Kilauea, y aunque no es tan activo como su vecino, aún se considera uno de los más activos en el mundo. Existen un total de 333.000 hectáreas en el Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, y el Kilauea y Mauna Loa son los más famosos. Lo que no se sabe mucho, es que parece que los dos volcanes están conectados, lo que explicaría el comportamiento de ambos fenómenos. De hecho, se solía pensar que el Kilauea era una parte de Mauna Loa, hasta que descubrieron su propio conjunto de túneles de lava.

¿Está el Mauna Loa a punto de despertar? Durante un tiempo el volcán Mauna Loa experimentó deflación, pero hace poco esto ha cambiado. De 2002 a 2005, la cumbre del volcán comenzó a revertir el período deflación que había tenido por diez años. La actividad sísmica en 2004 también aumentó, pero en 2005 se fue de nuevo. Los científicos creen que el Mauna Loa tendrá mayores posibilidades de entrar en erupción de nuevo en los próximos años, así que puede ser que los ciudadanos de Hawái deban estar alertas con respecto a si este gigante despierta.

Peligros. Debido a su historia, el volcán Mauna Loa ha sido designado como un volcán década. Sólo hay 16 de tales volcanes en el mundo. Es importante saber que los volcanes en Hawái, por lo general, no producen múltiples víctimas. De hecho, el último se produjo en 1924, cuando una erupción explosiva envió rocas a los espectadores, matando a uno. Uno de los peligros más comunes de los volcanes en Hawái, como el Mauna Loa, es que pueden causar inundaciones por la lava. Los flujos de lava son generalmente más lentos en movimiento, y por lo general no superan el ritmo de marcha de una persona, aunque no es necesariamente el caso. En 1950, el volcán entró en erupción, y emitió tanta lava como la que Kilauea produce actualmente cada tres años. La lava alcanzó el nivel del mar en sólo cuatro horas, y destruyó gran parte de la aldea conocida como Ho’okena Mauka, así como partes de la carretera en la zona. Otras comunidades también se han visto afectadas por las erupciones del volcán.

Monitoreo. El Observatorio de Volcanes de Hawái está monitoreando a Mauna Loa. Se mantiene una estrecha vigilancia en la actividad del volcán debido a su historia pasada. Por lo general, una erupción del volcán Mauna Loa será seguida por varios temblores durante unos días. Mecanismos de alerta, y un observatorio, se utilizan para cubrir el área. Los mecanismos más modernos para la vigilancia del volcán se instalaron a principios de 1970, por lo que una erupción en 1975 fue advertida por la inestabilidad sísmica que duró cerca de un año. Lo mismo ocurrió durante la última erupción en 1984, excepto que los temblores duraron tres veces más tiempo.

Actualmente, la red sísmica supervisa a Mauna Loa, así como varias estaciones de GPS e inclinómetros medidores de deformación. Con todos los equipos utilizados son mucho más posibles las advertencias cuando una erupción está cerca de suceder. Como si eso no fuera suficiente, también existen dos detectores de gas en la caldera de la cumbre, y una cámara web que mantiene vigilado al volcán.